El nombre es un fiel reflejo de su identidad, ya que en esas dos palabras que forman su denominación se materializan el pasado, la civilización que echó raíces en estas tierras y forjó una cultura sumamente rica, y el más palpable presente donde el turismo de playa ganó terreno para consolidar un destino de fama internacional. Estamos hablando de la Riviera Maya, en México, un corredor de 120 km. que balconea al mar Caribe y se extiende desde Puerto Morelos hasta la Reserva de la Biósfera de Sian Ka ´an.
10 razones para viajar a Playa del Carmen
Imposible aburrirse en esa franja costera que tiene todo para todos los gustos y cuya puerta de entrada y corazón es Playa del Carmen. El viajero intrépido puede utilizar ese destino como base para aventurarse en la región, mientras que para quien desee relajarse bajo el eterno sol caribeño, “Playa” –como la llaman los lugareños y forasteros– sigue siendo una opción aconsejable para pasar una estadía debido a su amplia oferta de alojamiento y de restaurantes. El lugar conserva cierto aire pueblerino, una atmósfera bien mexicana, un ambiente rústico y un estilo informal que resultan sumamente cautivantes. Pero hay muchas más razones para elegir el destino. Éstas son algunas:
-Playas por aquí y por allá. Es indiscutible la belleza de este balneario en materia de playas, desde las más populares hasta las más alejadas, todas son increíbles. Podemos empezar por las más céntricas, donde se asientan los hoteles, y continuar por las de ambiente más sosegado, en Akumal, a 25 minutos, frecuentadas por tortugas que llegan para depositar.
Punta Maroma constituye otra alternativa próxima muy apreciada por sus aguas cristalinas y sus excelentes condiciones para nadar y practicar esnórquel.
Mientras que un poco más alejada está la isla de Cozumel, a 40 minutos de ferry, ideal para los que buscan sitios de buceo –hay más de 25 arrecifes–. Se puede complementar con un paseo por el centro y una visita a un sitio arqueológico.
A unos 30 km. de Playa del Carmen despunta el Parque Nacional Arrecife Puerto Morelos, cuya cercanía con la costa, combinado con el estatus de área nacional protegida, lo ha convertido en uno de los mejores sitios para conocer la flora y fauna marina de la región.
-Paseo en la Quinta Avenida. Una agradable calle peatonal donde se asientan restaurantes, tiendas y bares, muy frecuentada en horas de la tarde, luego de una jornada de playa. Por la noche esta calle se enciende con música reggae, rock y salsa en una gran fiesta que culmina de madrugada.
Sin dudas, ése es el lugar para degustar platos típicos, la mayoría elaborados a base de pescado y mariscos. Se utilizan técnicas mayas e ingredientes de la zona como chaya, chile habanero y xcatic, cebolla morada marinada en jugo de naranja agria, cilantro y pasta de achiote.
Vale la pena probar un cebiche de mero, callo de hacha o pulpo con salsa Xnipec, que contiene jitomates, chiles habaneros, cilantro, cebolla morada, jugo de naranja agria y sal. Atención que es bastante picante.
Otra opción son los tradicionales papadzules, tortillas de maíz remojadas en una salsa de pepitas de calabaza, rellenas de huevo cocido y bañadas en una salsa de tomate con chile habanero y cebolla. De postre, hay que pedir un dulce de papaya, ciricote o un exquisito chocolate maya caliente o frío.
-Ruinas arqueológicas en la playa y en la selva. A 65 km. se levanta Tulum, otra fortaleza maya cuyo apogeo fue cerca del año 1000, en el período clásico de esta civilización. La más célebre de las construcciones, llamada El Castillo, se levanta sobre un acantilado que mira hacia el prístino mar Caribe, conformando una postal única. De manera que después de visitarla bien vale un momento de relax en la playa.
Otro sitio muy interesante es Cobá, localizado a unos 40 km. de Playa del Carmen, que fue uno de los asentamientos más importantes del período clásico al albergar a unos 50 mil habitantes. Allí se levanta la pirámide más alta de la península de Yucatán, de 40 m., con lo cual si el visitante se anima a treparla obtiene como recompensa una vista increíble de la zona. En lugar de la playa, este sitio está enmarcado por la selva, la cual puede recorrerse para descubrir especies de aves exóticas y monos aulladores.
-Cenotes, naturaleza sagrada. Son hundimientos en los suelos de piedra caliza de la península de Yucatán que, a raíz de los ríos subterráneos de la zona, forman cavernas y piscinas naturales. Rodeados por vegetación selvática, los cenotes contienen agua fresca y también una mística especial que fue captada por los mismos mayas. Para ellos, además de ser una fuente de abastecimiento de agua dulce, este accidente geográfico tenía un contenido religioso. De hecho, fueron escenarios de rituales de lluvia, vida, muerte, renacimiento y fertilidad. Por ser profundos y enigmáticos, los mayas pensaban que los cenotes eran puertas de acceso al mundo de los muertos.
Por sus características, los cenotes se clasifican en cuatro tipos según su antigüedad: de cielo abierto, semiabierto, de caverna o antiguo cenote.
En la península de Yucatán y la Riviera Maya se calcula que pueden existir cerca de 6.000 cenotes, con acceso público a varios de ellos, atravesando caminos de selvas y manglares. En la zona de Puerto Morelos, entre Cancún y la Riviera Maya, es una buena zona para tomar contacto y hasta sumergirse en ellos, destacándose Las Mojarras, Siete Bocas, el Chilam Balam y el Verde Lucero. Incluso en las inmediaciones de Tulum y Cobá hay varios cenotes.
-Parques Ecológicos: diversión asegurada. El más reconocido y de fácil acceso –está a 6 km. de Playa del Carmen- es Xcaret, una síntesis perfecta de todo lo que el visitante encuentra en la región: selva, mar y ríos; zonas arqueológicas y cultura mexicana; y animales exóticos.
Con más de 40 atracciones, el lugar ofrece propuestas para los amantes de la vida silvestre a través de una visita al mariposario, el aviario, el acuario de arrecife de coral, el invernadero de orquídeas o la isla de jaguares. Para quien desee caminar existe un sendero que se abre por la selva; mientras que el río Paraíso invita a navegar sus aguas en balsa. Hay más: esnórquel en el mar, laguna o pozas naturales; nadar en los ríos subterráneos; o emprender la aventura por cuevas y cavernas hasta dar con el Pueblo Maya.
En tanto, sus rincones dedicados a la cultura e historia local son la hacienda, los restos mayas, el Museo de Arte Popular Mexicano, así como espectáculos y sabores que recrean el espíritu mexicano.
Vecino a Xcaret se encuentra Xplor, que despliega cuatro propuestas: tirolesas, vehículos anfibios, balsas y nado en ríos subterráneos. Para los que se animan a más ofrece la posibilidad de extender la estadía por la noche con ingredientes adicionales, como el fuego, la posibilidad de sumergirse en la selva bajo la luz de las estrellas y también en el río subterráneo.
Otro parque para ir es Xel-Há, a 44 km. de Playa del Carmen. Ofrece la posibilidad de hacer esnórquel; explorar cenotes, cuevas y lagunas alimentadas por el mar; pasear por los manglares; navegar en una bote inflable; o emprender alguna aventura de volar en una liana o animarse a la tirolesa.
También es posible adentrarse en la cultura maya a través de la Cueva Maya, un lugar sagrado y mágico; o la Muralla Maya, vestigios de una antigua ciudad.
-Sian Ka’an: la naturaleza en estado puro. Con una extensión de medio millón de hectáreas, la Reserva de la Biosfera Sian Ka’an comprende playas, arrecifes de coral, selva tropical, dunas y cenotes, donde habitan más de 300 especies de aves y un sinnúmero de plantas y animales. Además, fue reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
En un recorrido por esta zona el viajero encontrará también más de 20 asentamientos mayas, destacándose Muyil, un importante centro comerciol. Al visitar este sitio arqueológico, vale la pena conocer la laguna que le da nombre al lugar y terminar la caminata en el mirador.
Los lugareños aconsejan presenciar un amanecer en la reserva para entender por qué se la llama Sian Ka’an, cuya traducción es “donde nace el cielo”. De manera que habrá que alquilar una cabaña o una tienda de campaña.
-Relax en un temazcal. Se trata de una variante de los baños de vapor pero con el aditamento de la sabiduría maya, que hoy es recuperada por varios resorts de la zona.
El temazcal es una especie de iglú donde se colocan piedras muy calientes y cuya entrada se sella para evitar el escape de la temperatura. La sesión puede ser individual o grupal y es guiada en la penumbra por una persona que vierte agua con hierbas sobre las piedras. El vapor comienza a llenar el recinto, brindando una profunda sensación de relajación. Para menguar el calor se ofrecen infusiones de hierbas y especias, las cuales eliminan impurezas de la piel, toxinas y acentúan el estado de bienestar.
La palabra deriva de los términos Tetl, Mazcatl y Calli, que juntos significan "casa de vapor de las piedras". Según las creencias ancestrales, el temazcal ayuda a relajar los músculos y el sistema nervioso, a estimular los sistemas digestivo y respiratorio, y a eliminar toxinas y grasa. Antes de entrar en este espacio cerrado, algunos guías suelen pedir que la persona cubra su cuerpo con barro para ayudar en el proceso de purificación.
-Aktun Chen, inmersión al pasado. Dado su suelo calizo, la península de Yucatán fue óptima para la formación de túneles y cavernas que fueron usados como refugio desde tiempos prehistóricos y algunos sirvieron como templos de culto de los antiguos mayas. Aktun Chen es una caverna de 5 millones de años de antigüedad que se encuentra 10 km. al norte de Tulum, jalonada por estalactitas y estalagmitas que aparecen en cada rincón de los 500 m. de paseo subterráneo.
Durante el recorrido, un guía compartirá la historia y los datos geológicos de la caverna y la región. Las formaciones rocosas resultan escalofriantes en la penumbra, pero de cuando en cuando una abertura en la roca permitirá ver el cielo. Como consecuencia del recorrido aparece un cenote, aunque el paseo puede completarse con un fugaz vuelo en tirolesa.
-Tierra adentro en busca de la selva. Existen paseos en cuatriciclos para explorar la selva saliendo desde Playa del Carmen. Con guías profesionales, los exploradores podrán disfrutar de la velocidad y entrar en contacto con la naturaleza. El sendero depara sorpresas como el encuentro con restos mayas, la posibilidad de visitar cuevas y culminar la excursión en un cenote.
Vale la pena en alguna de las travesías detenerse en las grutas de Balamkanché, descubiertas accidentalmente por un guía turístico en 1959. Al centro de sus amplios salones cubiertos por estalactitas y estalagmitas se observa una estructura unida al suelo que asemeja el tronco de una ceiba. Se estima que el lugar tuvo usos rituales para los antiguos mayas pues en él se hallaron piezas de cerámica, conchas y trozos de jade.
-Cancún, otro estilo de vida. Como Playa del Carmen, Cancún goza de fama mundial. Sin embargo son perfiles sumamente diferentes. Mientras que “Playa” conserva el aire pueblerino, el otro destino es una ciudad con gran dinamismo, edificios altos, avenidas y todo lo necesario para no aburrirse en ningún momento.
Distantes a 50 minutos, constituye una opción para conocer otro mundo. Incluso se puede combinar una estadía en ambos destinos.
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