-Simplemente, su belleza citadina. Es una de las capitales más atractivas de Europa con su red de canales flanqueados por construcciones históricas, puentes surcados por peatones y ciclistas, una vida cultural intensa, espacios verdes, festivales y un pulso urbano descontracturado. Es sumamente amigable para los turistas y simple para recorrerla sin prisa pero sin pausa.
10 razones para visitar Ámsterdam
Capital de los Países Bajos, Ámsterdam conquista rápidamente a los visitantes con un sinnúmero de atractivos, entre ellos su red de canales, su intensa vida cultural, su vasta oferta nocturna, sus sabores característicos y su inconfundible estilo vanguardista.
Algunos imperdibles para conocer de la capital de los Países Bajos son los canales ya mencionados y declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, los museos más famosos, algunos de los edificios más célebres (los molinos, la Escuela de Ámsterdam, el Palacio Real, la iglesia Nueva o las construcciones reconvertidas), sus sabores típicos y la noche local.
-Facilidad para manejarse a su antojo. Casi como un deber, el viajero que desembarca en este destino tiene que alquilar una bicicleta (hay 800 mil, más bicis que habitantes, que son 750 mil). Es sumamente seguro y simple manejarse en este medio de locomoción: existen 400 km. de carriles perfectamente señalizados, muchos lugares para alquilar e incluso tours que se hacen para los que les gusta pedalear.
También es posible acceder caminando a varios lugares. O está la opción de adquirir la City Card que permite viajar en forma gratuita en transporte público, al igual que ingresar a atracciones y museos sin pagar.
Otro recomendado si hay tiempo es tomar un crucero turístico por los canales para conocer algo más de este símbolo citadino.
-Bucear la cultura local. Hay varios museos que aloja la ciudad, pero hay tres que son los más importantes y que se encuentran en torno a la plaza de Museumplein, que a su vez tiene su propia vida cultural (exposiciones, conciertos, charlas, etc.) Están el Rijksmuseum, el más grande de Holanda, con obras de arte e historia de gran trascendencia como los plasmados por Rembrandt, Frans Hald o Vermeer; el Van Gogh Museum, con más de 200 pinturas, 500 dibujos y 700 cartas; y el Stedelijk Museum, que reúne 90 mil creaciones modernas, concebidas entre 1970 y la actualidad.
Fuera de ese espacio, en el barrio de Jordaan se encuentra la casa de Ana Frank, el sitio donde la niña judía tuvo que ocultarse durante la Segunda Guerra Mundial para escapar de la persecución nazi. Fue abierta al público en 1960 y luego convertida en museo.
-El mundo ecléctico de los mercados. Al menos uno hay que visitar para disfrutar del ambiente, encontrar alguna ganga (desde antigüedades, ropa vintage, libros, flores hasta souvenirs) y saborear las delicias locales. Hay muchos por varios rincones de la urbe. Entre los más populares figuran el Albert Cuypmarket, ubicado en De Pijp y que funciona de lunes a sábado. Tiene más de 250 puestos donde encontrar productos tan diversos como quesos, ropa, repuestos para la bicicleta, etc. En el Jordaan, uno de los barrios más encantadores de Ámsterdam, se emplaza el mercado Westerstraat, abierto los lunes por la mañana. Aproveche para deambular por las calles estrechas de esta zona, antaño ocupada por las clases trabajadores, hoy un área de gran charme con galerías de arte, jardines, restaurantes y bares.
Otro imperdible es el mercado de las flores flotante junto al Singel (lunes a sábado). Si suele visitar los íconos de cada ciudad, entonces le recomendamos pasar por los puestos de tulipanes o, incluso, viajar hasta Bollenstreek en primavera para verlos crecer en los campos. El paseo podría complementarse con una visita al Museo del Tulipán.
Siguiendo el derrotero de los mercados, vale la pena parar en el de Waterlooplein (lunes a sábado), donde encontrará verdaderas ofertas.
-Salir por la noche. La oferta de bares, restaurantes, discotecas y coffee shops es enorme. Podemos visitar el Barrio Rojo donde se exhiben las prostitutas que trabajan en esta zona de la ciudad (cabe mencionar que la prostitución en los Países Bajos está legalizada en las zonas designadas para tal fin).
Otro sitio con gran movida nocturna es Rembrandtplein (plaza Rembrandt), llamada así en honor a Rembrandt van Rijn, quien vivió en una casa cerca de allí entre 1639 y 1656.
De Pijp es un barrio bohemio situado al sur del centro de la ciudad considerado uno de los más vibrantes de Ámsterdam. Allí el viajero encontrará muchos bares y cafeterías.
-Saborear las exquisiteces holandesas. El arenque es uno de los platos típicos y se puede degustar en los haringhandels (carros callejeros). Pida un “broodje haring” para que le sirvan el pescado en un pequeño bocadillo con pepinillos y cebolla. El mejor momento para probar el arenque crudo es entre mayo y julio, que es cuando se dice que el producto tiene su sabor más dulce.
En los mercados vale la pena degustar stroopwafel, dos delgados gofres unidos por una capa de caramelo dulce; y poffertjes calientes y mantecosos espolvoreados con azúcar glasé.
Para acompañar la cerveza en cualquier pub, le recomendamos los bitterballen, deliciosas y crujientes bolitas de carne servidas con mostaza.
El queso es otro clásico de Holanda. El Gouda, el Geitenkaas y el Maasdammer son los más tradicionales. En las Negen Straatjes las estanterías del Kaaskamer están repletas de este producto, al igual que en las tiendas Henri Willig Cheese and More. Incluso existe un museo dedicado al queso y espacios para la degustación, como Reypenaer.
-Relajarse en los parques de Ámsterdam. Con más de 30 espacios verdes, nunca le faltarán lugares para hacer una merienda en la capital. Uno de los más importantes es Vondelpark, que alberga una selección de restaurantes y cafeterías, tienda de alquiler de patines, un teatro al aire libre y un rosedal con más de 70 tipos de rosas.
El parque Westerpark, al oeste de Ámsterdam, es un lugar único para pasear, patinar, relajarse o hacer un picnic con amigos. Esta extensión verde salpicada de árboles y lagos forma parte del complejo Westergasfabriek, una antigua fábrica de gas recuperada en los últimos años. Además del parque, en esta área encontrará una selección de cafeterías, restaurantes y bares.
También está Sarphatipark, a muy poca distancia del bullicioso mercado Albert Cuyp.
-Festivales y alegría. Con más de 300 festivales cada año, la agenda de eventos de Ámsterdam abarca todos los gustos y géneros.
El calendario de festivales está lleno de todo tipo de eventos, desde espectáculos cinematográficos al aire libre hasta fiestas de baile (de varios días de duración), celebraciones para niños hasta eventos de arte y moda, y desde fiestas culinarias hasta conciertos de música de cámara en edificios junto a los canales.
-Descubrir los barrios. El Oud-West constituye un área popular y dinámica, salpicada de tiendas de diseño, cafeterías y restaurantes. Por su parte, el Amsterdam Noord aloja a NSDM, un antiguo astillero que se ha convertido en un enorme centro cultural con una vibrante comunidad artística y una variedad de bares y restaurantes en continua expansión.
Diverso desde el punto de vista étnico, Amsterdam East es conocido por sus amplias calles bordeadas de edificios decimonónicos y por su vibrante mezcla cultural. Con multitud de oportunidades para hacer compras, comer y beber, esta área despliega clubes a la moda, panaderías turcas tradicionales, supermercados surinameses y comedores de Oriente Medio.
El barrio de los Espejos, las Nueve Calles, Bos en Lommer y De Baarsjes, el Sudeste, son otros rincones para tener en cuenta en una visita.
-Fuera de los límites citadinos. A tan solo 20 minutos en tren desde la estación central de Ámsterdam se encuentra la ciudad de Haarlem, cuna de artistas, que deslumbra con su pintoresco centro enmarcado por el ayuntamiento y la puerta de la urbe. En el derrotero hallará jardines y castillos, otrora residencias veraniegas de los mercaderes ricos durante el Siglo de Oro. La mayoría se erige a orillas de los ríos Amstel y Vecht (como el Muiderslot).
Si está en Holanda seguramente querrá conocer algún molino: Zaanse Schans es un museo al aire libre con ocho molinos bien conservados y otro industrial todavía en funcionamiento.
Para contemplar los majestuosos molinos holandeses de los siglos XVII y XVIII (desde el exterior, ya que no están abiertos al público) puede visitar De Otter, el molino aserradero más antiguo de su categoría. También De 1200 Roe, o el Riekermolen, ubicado en un bello paraje a orillas del río Amstel.
Y para disfrutar del sabor más auténtico de Holanda, no puede faltar una visita al molino De Gooyer. En él podrá beber auténtica cerveza holandesa elaborada a la manera tradicional por la cervecería Brouwerij ‘t IJ.
Moneda: euro.
Idioma: holandés. También están muy difundidos el alemán, el francés y el inglés.
Clima: atlántico, con temperaturas promedio que descienden a 0º C en invierno, y alcanzan los 25º C en verano.
Informes: www.iamsterdam.com/es.
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