Inicio
Experiencias

10 razones para visitar Ginebra

Ginebra, una pequeña y vibrante urbe de atmósfera multicultural, yace a los pies de los magníficos Alpes suizos y a orillas del mayor lago alpino de Europa: el Lemán. Con la tolerancia como estandarte, es sede de las Naciones Unidas y la Cruz Roja Internacional. Además de destacarse como centro de cultura, moda y entretenimiento, y por supuesto, como cuna de los mejores relojes del mundo.

Surcada por el río Ródano, Ginebra se divide en dos: la ribera derecha (rive gauche), donde sobresalen los barrios comerciales que ascienden hasta Plainpalais y la ciudad vieja; y la ribera derecha (rive droite), que alberga el barrio de Pâquis y la zona en la que se emplazan la mayoría de las organizaciones mundiales.

En esta nota, 10 motivos que ameritan una visita a esta fascinante ciudad, a ambos lados del río.

-Jet d’eau. Se trata de un chorro de agua que es uno de los elementos fundamentales y distintivos de la fisonomía de Ginebra. Se ve aun desde lejos, ya que tiene 140 m. de altura y lanza 500 l. de agua por segundo, a una velocidad de casi 200 km/h.

Este surtidor se encuentra en la bahía del lago Lemán y se utilizó originariamente como limitador de presión de la conducción de agua destinada a la maquinaria utilizada en joyería, hasta que en 1891 se decidió elevarlo e iluminarlo, convirtiéndolo en un símbolo de la ciudad.

El mejor punto panorámico para observar el Jet d’eau se obtiene desde los Bains des Pâquis.

-Casco Antiguo. Sobre la orilla izquierda del Ródano se encuentra el casco antiguo (Vielle Ville, en francés), muy activo, lleno de bares y restaurantes –sobre todo alrededor de la Place du Bourg-de-Four–, fuentes, museos, galerías de arte y tiendas de antigüedades, con estrechas y antiguas calles empedradas que albergan más de 2000 años de historia (una de las mejores conservadas es la Grand-Rue, en la que nació el gran pensador ginebrino Jean-Jacques Rousseau).

El Vielle Ville está emplazado sobre una colina, con la Catedral de Saint-Pierre dominando en lo alto. Data del siglo XI y fue allí donde –entre 1536 y 1564– predicaba el protestante Jean Calvin. De hecho, su silla es uno de los atractivos de este sitio.

La torre está abierta al público y ofrece una espectacular vista panorámica de 360° de Ginebra y el lago.

En el sótano, en tanto, puede apreciarse un sitio arqueológico.

-El Palacio de las Naciones Unidas. Desde 1966, el Palacio de las Naciones Unidas (Palais des Nations) alberga la sede europea de la ONU, por lo que cuando el visitante atraviesa su portón de entrada, ingresa en territorio internacional.

Esta sede es la segunda de la ONU, después de Nueva York. Posee 34 salas de conferencias, alrededor de 2.800 oficinas, y se realizan anualmente más de 8.000 reuniones de países y 600 asambleas.

Algunas áreas del edificio están abiertas al público, para las que se ofrecen tours de una hora disponibles en varios idiomas.

Frente al Palacio de las Naciones Unidas se encuentra la obra Broken Chair (Silla Rota), creada en 1997 por el escultor Daniel Berset. Recuerda el destino de las víctimas de minas terrestres y llama a la comunidad de Estados a luchar por la prohibición de las bombas de fragmentación. Fue reconocida en todo el mundo y sobresale entre las obras de arte más simbólicas del siglo XXI.

-Los museos. Si bien Ginebra alberga alrededor de 40 museos públicos y privados, hay algunos que resultan imprescindibles en la visita al destino:

• Museo Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja: se trata del lugar en el que surgió la Cruz Roja Internacional, y acoge al único museo dedicado a la historia y la labor de esta organización, obra de Henry Dunant. Se encuentra frente al Palacio de las Naciones Unidas y propone una experiencia única de instrucción en la acción humanitaria. Entre sus objetos estrella sobresale el fichero de la Agencia Internacional de Prisioneros de Guerra 1914-1923, inscripto en el Registro de la Memoria del Mundo de la Unesco.

• Museo Internacional de la Reforma: yace al lado de la catedral y ocupa una mansión del siglo XVIII. Como su nombre lo indica, está dedicado a la Reforma, con exposiciones y presentaciones audiovisuales.

• Espacio Rousseau: esta casa-museo, en la que en 1712 nació Jean-Jacques Rousseau, ofrece una presentación audiovisual sobre los pensamientos del filósofo.

• Mamco: desde su inauguración, en 1994, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo es el más grande de su clase en Suiza y se rediseña por completo tres veces al año.

• Museo Patek Philippe: este elegante espacio alberga obras exquisitas de uno de los relojeros de lujo más importantes de Suiza. Relojes de todo tipo, herramientas y esmaltes forman parte de la muestra.

-Cruceros por el lago Lemán. Barcos de la Belle Époque recorren el lago interior más grande de la Europa Central y ofrecen cruceros de ensueño entre Suiza y Francia, recorriendo paisajes idílicos de castillos, viñedos y cimas nevadas de los Alpes.

Se sugieren cuatro rutas: Rochers-de-Naye (para la observación de marmotas, con alojamiento en una verdadera yurta mongola), Tren del chocolate, Les Pléiades y Castillo de Chillon.

-Relojes y compras. Se sabe que Ginebra es la cuna del fino arte relojero, motivo por el cual se propone el Geneva Watch Tour por el centro histórico. Se trata de un paseo por el mundo de los relojes de lujo, compuesto por alrededor de 100 boutiques y monumentos históricos. Así, por ejemplo, en el barrio de Plainpalais se visita el mencionado Museo Patek Philippe.

Por otra parte, las tiendas de la Rue du Rhône satisfacen a los más exigentes en compras, ya que reúne las marcas más célebres de relojes, moda y joyas, además de afamados maestros del chocolate.

-El Quai du Mont-Blanc. Es un encantador paseo que recorre la ribera derecha del Ródano, repleto de flores, estatuas, exposiciones de arte al aire libre y, si el cielo despejado lo permite, una espectacular vista del Mont-Blanc.

Por este paseo se accede a los Bains des Pâquis, una especie de playa sobre el lago que atrae a los ginebrinos durante todo el año, tanto para retozar al sol como para disfrutar de su hammam, con una de las mejores vistas de la ciudad.

-El Parc des Bastions. No sólo sobresale por ser un relajante espacio verde de esparcimiento y contar con un tablero de ajedrez gigante, sino porque está vigilado por el gran Muro de los Reformadores, conformado por figuras gigantes –de más de 4 m. de altura– de Jean Calvin, Guillaume Farel, Théodore de Bèze y John Knox, quienes reposan sobre las antiguas murallas de la ciudad. También hay figuras de otras personalidades que ayudaron a difundir la Reforma en Europa, además de bajorrelieves y el lema de Ginebra “Post Tenebras Lux” (“Después de la sombra, la luz”), frase destacada de la filosofía calvinista.

-El Cern. Es el centro nacional de investigación de la Organización Europea para la Investigación Nuclear, y presenta los últimos conocimientos en el terreno de la ciencia, la física de partículas, la tecnología y otras posibilidades de aplicación para la vida diaria. El Globo de la ciencia y de la innovación, metáfora del globo terrestre, aloja una exposición permanente.

-Carouge. A pocos minutos de la ciudad se encuentra Carouge, un enclave que se caracteriza por su aire bohemio. Bares, restaurantes, librerías, estudios de arte y tiendas de antigüedades son su denominador común, además de la conservación del encanto latino que le atribuyeron los arquitectos italianos encargados de su diseño.

Este poblado fue disputado con violencia durante largo tiempo, y en el siglo XVIII fue reconstruido por sus gobernantes, los duques de Saboya, para competir con Ginebra.

TIPS PARA EL VIAJERO

Cómo moverse: la mejor forma de conocer la ciudad es recorriéndola a pie. De todas maneras, Ginebra cuenta con modernos buses, trolebuses y trenes. Y las “mouettes” (“golondrinas”), una especie de taxis acuáticos, permiten navegar de una orilla a la otra del lago. Un dato importante es que cuando el turista se aloja en un hotel, albergue juvenil o cámping del cantón, recibe la Geneva Transport Card, con la que accede al transporte público de Ginebra de manera gratuita durante toda su estancia. Asimismo, al llegar al aeropuerto de la ciudad, el viajero tiene derecho a un billete gratuito en el transporte público, válido durante 80 minutos, para llegar a su lugar de alojamiento. La máquina expendedora de billetes está situada en la sala de recogida de equipajes.

Cuándo viajar: en cualquier época del año, ya que todas las estaciones tienen sus atractivos.

Moneda: franco suizo.

Idioma: en Ginebra es el francés, uno de los cuatro idiomas oficiales de Suiza (los otros son el alemán, el italiano y el romanche, que se hablan en otros cantones).

Pase turístico: el Geneva Pass incluye 41 actividades –museos, cruceros por el lago, segways y rafting, entre otras–, y se adquiere por 1, 2 o 3 días, a 26 CH, 37 CH y 45 CH, respectivamente. Con la compra online se ofrece un 10% de descuento.

Electricidad: 230V/50 Hz. Se utiliza la clavija del tipo C (bipolar) o del tipo J (de tres patas). Las clavijas del tipo C son compatibles con los enchufes del tipo J.

Agua potable: en Suiza es un producto de calidad. El 80% procede de fuentes y del agua subterránea, y el resto, de los lagos. Gracias a una estricta legislación para su protección, en los últimos años la calidad del agua en los lagos ha mejorado tanto que en muchos lugares se puede beber directamente de allí. Además, el agua corriente suiza presenta un balance ambiental considerablemente mejor que la que se compra embotellada y la que es transportada desde lejos.

Informes: [email protected]/www.geneve.com/www.myswitzerland.com/es/ginebra.html/.

-Palacio de la ONU: www.unog.ch.

-Museo Internacional de la Cruz Roja: www.redcrossmuseum.ch.

-CERN: [email protected]/www.cern.ch.

-Cruceros por el lago Lemán: [email protected]/www.cgn.ch (Compagnie Générale de Navigation sur le Lac Léman)

-Geneva Watch Tour: www.genevawatchtour.com.

Temas relacionados

Deja tu comentario