En incontables ocasiones hemos escuchado a amigos, familiares y conocidos que su motivación, tal vez la única, para llegar a Cusco es la visita a la ciudadela inca de Machu Picchu. Y sí, la herencia incaica atrae a miles de turistas cada año, pero no es lo único que la antigua capital del imperio incaico tiene por ofrecer.
7 destinos alternativos en torno a Cusco
Con sus escenarios naturales, monumentos arqueológicos y productivos valles, Cusco se convierte en un destino ideal para la práctica del ecoturismo y el turismo vivencial. (Foto: Istock/Joshua Duke)
Presentamos siete propuestas para descubrir en las inmediaciones de Cusco:
PISAC.
El pueblo de Pisac está ubicado a 30 km. de Cusco. Es, luego de Machu Picchu, uno de los recintos más importantes y de los más visitados en el Valle Sagrado de los Incas. Desde la salida de la ciudad hacia este lugar se aprecian las maravillosas postales que ofrece este inmenso valle. Es posible hacer unas paradas en miradores habilitados para poder tomar la respiración que estos parajes nos quitan. La primera parada en Pisac es en su mercado, que despliega una variedad de artesanías, alimentos, frutas y bebidas tradicionales de la región. Otro de los atractivos que hacen de Pisac una visita necesaria cuando se está en Cusco son sus ruinas, donde se halla el mayor cementerio del imperio incaico y el más antiguo de toda Sudamérica. Las ruinas están divididas en “barrios”: Pisaq’a, con forma semicircular y más de 20 recintos arqueológicos; Qanchis Raqay, un milenario puesto de control que vigila la ciudad de Pisaz; K’alla Q’asa, que posee un túnel de 3 m. de longitud; Tianayuc, que se traduce en “que tiene asiento”, por una piedra en forma de sofá; y por último Intiwatana, el barrio principal que alberga templos y palacios.
OLLANTAYTAMBO.
Al ser un paso obligatorio cuando se está de camino a la más famosa ciudadela inca, Ollantaytambo pasa desapercibido. Sin embargo, es un destino único para quedarse. En primer lugar, porque es uno de los pocos lugares que mantiene su organización arquitectónica desde la época de los incas. Dentro de este complejo de construcciones encontraremos el Templo del Sol, una edificación singular en todo el Valle Sagrado. Está ubicado sobre la cúspide de una pirámide de terrazas que conducen a la plaza principal del pueblo. Aquí también se mantienen seis monolitos que forman una de las estructuras más impresionantes del Valle Sagrado de los Incas. Si se prefiere la naturaleza, es posible hacer una caminata desde Ollantaytambo hasta la laguna de Yanacocha, un atractivo natural que presenta una particularidad: su fondo es negro debido a la presencia de ticna negra, que hace que sus aguas parezcan un espejo horizontal. Finalmente, un tour a este pueblo no puede separarse de la degustación de la famosa chicha de jora cuzqueña, brebaje que se puede encontrar en diferentes casas con banderas rojas en la entrada, llamadas “chicherías”.
CHINCHERO.
En la época del imperio incaico, esta localidad ubicada a menos de 40 minutos de Cusco era un camino necesario para visitar Machu Picchu. El tiempo puede haberle quitado este privilegio, pero no la belleza. A cualquiera que se le pregunte por Chinchero dirá que su principal motivo de visita es el famoso mercadillo de artesanías que se celebra todos los domingos en el centro del pueblo. Aquí asisten vendedores locales que aún conservan técnicas milenarias para la elaboración de los productos. Algo curioso es que aún existen algunos de estos comerciantes que aceptarán realizar trueques, que era la forma en que los incas solían comerciar ante la ausencia de una moneda. Además de ello, si la intención no solo es comprar sino conocer más de la cultura, es posible la visita a los talleres de artesanos locales para apreciar el proceso de elaboración de los artículos que se ofrecen en el mercado de Chinchero. Al igual que muchos lugares de esta zona de Perú, Chinchero también posee un conjunto de ruinas que usualmente pasan desapercibidas en las visitas de los turistas y que, sin embargo, tuvieron una importancia transcendental durante el imperio. Se dice que el inca Túpac Yupanqui habitó éstas con su familia en el siglo XV. El conjunto arquitectónico destaca por sus escaleras, muros incas y bellos andenes donde se pasteaban camélidos y se cultivaba la tierra.
CHOQUEQUIRAO.
Este antiguo centro urbano inca ha sido denominado como “la hermana de Machu Picchu”. El nombre de este complejo significa “cuna de oro”, ya que allí solían apostarse familias de la alta nobleza inca. Esta localidad está ubicada en la cordillera de Vilcanota y solo es posible acceder a ella a través de una ruta de trekking o senderismo, lo que lo hace un lugar excelente para aquellos que aman la aventura. Hay que tomar en cuenta que al encontrarse en un lugar tan recóndito, es necesario pernoctar en un campamento, ya que la caminata de ida y vuelta dura dos días (1 día por tramo). Ya dentro, se aprecia que Choquequirao cuenta con dos plazas principales, templos, fuentes, canales, almacenes, residencias para personas de élite y otras más comunes. Las edificaciones más grandes que se pueden encontrar aquí son las famosas “colcas”, los almacenes que usaban los incas para preservar los alimentos. Esto último da pistas para pensar que Choquequirao fue uno de los últimos bastiones incas ante la inminente conquista de los españoles. Por último, y al igual que su ciudad hermana, se pueden encontrar construcciones que marcan eventos solares como los solsticios y equinoccios.
TEMPLO DE LA LUNA.
Ya es conocido que sin irnos muy lejos de la capital del imperio incaico podemos encontrar varios complejos arquitectónicos impresionantes. Uno de ellos es Sacsayhuaman, donde se encuentra el Templo de la Luna, una locación sagrada dedicada a la adoración a la madre Quilla o Luna y también al mundo del subsuelo o Uhupacha. Es por ello que este recinto está más asociado al “turismo espiritual”, y aquí se pueden realizar pagos a la Pachamama o Madre Tierra, así como sesiones de meditación y yoga al aire libre. El templo en sí está situado en una montaña, en cuya base existe una cueva con un altar ceremonial. Además, en el interior de la misma se observan rastros de figuras de animales sagrados (para los incas) tallados en roca como el cóndor, el puma o la serpiente. Cuentan los locales que los incas, aprovechando una falla natural que cortaba la piedra en dos, labraron un templo mágico, ya que por encima de la cueva existe una pequeña abertura que permite que el templo se ilumine por completo en las noches de luna llena más cercanas al solsticio de invierno.
SABORES LOCALES.
Si bien Cusco no es muy conocida por su gastronomía, también cuenta con sabores propios de esta localidad. Para darse una idea, es determinante visitar el conocido Mercado de San Pedro, donde se pueden encontrar ingredientes locales y pequeños puestos de comida que ofrecen platos cusqueños como el olluquito con charqui, un plato a base de un tubérculo (el olluco) que solo se puede encontrar aquí. Además, en el pueblo de Oropesa podemos hallar una gran variedad de panes elaborados por las casas panaderas que allí abundan. Uno de los más conocidos es el pan chuta, un pan sin miga y que suele comerse con queso andino.
Cómo se ve, Cusco es una ciudad que guarda secretos que se le pueden escapar incluso al más experimentado viajero. Esta lista de actividades es solo un inicio para despertar la curiosidad de los visitantes para que se adentren más a la ciudad imperial.
GASTRONOMÍA INTERNACIONAL.
Al ser una ciudad conocida internacionalmente, Cusco también se ha contagiado de esa cultura cosmopolita que también podemos encontrar en grandes ciudades como Nueva York. Gente de todo el mundo llega con la intención de conocer sus atractivos turísticos sin tomar en cuenta que también es una buena oportunidad para probar la gastronomía de distintas partes del mundo. Son una parada obligatoria los restaurantes italianos, donde se pueden encontrar platos emblemáticos de ese país como pastas y pizzas, haciendo hincapié en estas últimas, ya que muchas personas han podido declarar que son las mejores que han podido probar en toda su vida. La comida francesa también es otra de las protagonistas en la ciudad, incluso se pueden encontrar restaurantes que hacen combinaciones con productos locales, dando experiencias innovadoras al paladar.
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