El negocio del turismo comenzó a cambiar el 20 de enero de 2020 cuando el barco Diamond Princess de Princess Cruises zarpó de Yokohama, Japón, para un viaje de 14 días con 2.666 huéspedes y más de mil tripulantes a bordo. Lo que nadie sabía en ese momento era que uno de esos pasajeros había desarrollado tos el día antes de abordar. Ese hombre abandonó el navío el 25 de enero y dio positivo de Covid-19 el 1° de febrero. Mientras tanto, el crucero continuó su itinerario hasta que el 3 de febrero, como estaba programado, regresó a Yokohama, donde el gobierno japonés lo puso en cuarentena.
En el transcurso de las siguientes semanas, según las autoridades locales, más de 700 pasajeros y tripulantes del Diamond Princess dieron positivo por Covid-19. Catorce personas murieron. Esta situación representó el primer impacto directo y a gran escala de la pandemia en la industria del turismo.
En las siguientes semanas y meses, el virus impregnó todos los sectores de la industria del turismo, en todos los rincones del mundo. En reconocimiento a este sombrío aniversario, repasamos los momentos clave del Covid-19 en relación con las actividades primarias de los viajes y echamos un vistazo al estado actual de las estrategias pensando en la esperada recuperación.
Cruceros 2020.
Tras la saga del Diamond Princess, a mediados de marzo pasado las principales líneas de cruceros oceánicos y fluviales habían suspendido sus operaciones. Según datos compilados por el Miami Herald, a octubre de 2020, 87 cruceros de pasajeros en todo el mundo habían registrado casos de Covid-19, con cerca de 4.000 casos y 111 muertes. En junio, Royal Caribbean Group y Norwegian Cruise Line Holdings organizaron el “Panel de Navegación Saludable con líderes de salud pública, bioseguridad, epidemiología y más.
Como resultado, una lista con 74 mejores prácticas se envió a los CDCs estadounidenses (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) para su revisión. Mientras tanto, las líneas de cruceros han mejorado sus estándares y procedimientos de salud y seguridad.
En el verano boreal, algunas compañías reanudaron la navegación, en particular con algunos viajes cortos de "crucero a ninguna parte" en Europa y Asia. Pero la mayoría de las grandes empresas están en pausa hasta, al menos, el segundo trimestre de 2021. La marca Carnival de Carnival Corporation, por ejemplo, lo está hasta el 1° de abril; Holland America hasta el 1° de mayo; y Princess Cruises hasta el 15 de mayo. La situación de Royal Caribbean es similar, con salidas para la mayoría de sus marcas suspendidas hasta finales de abril.
Vuelos: cielos turbulentos.
A los tres días que el Diamond Princess partiera de Yokohama en el fatídico crucero, el 23 de enero uno de los últimos vuelos originados en Wuhan, China, epicentro de la pandemia, aterrizaba en Sydney, Australia.
Una semana después, las principales aerolíneas mundiales cancelaron vuelos a ciudades de China, incluyendo Beijing y Shanghai. A mediados de febrero, dos tercios de los aviones de pasajeros de China estaban en tierra. Las aerolíneas comenzaron a introducir políticas de máscaras, destacando los protocolos de higiene implementados y luego el bloqueo de los asientos intermedios. El 11 de marzo, una vez que el Covid-19 fue declarado pandemia y los países cerraron las fronteras, las compañías no podían hacer nada más que ayudar con las repatriaciones y trasladar equipos médicos vitales a los puntos críticos del virus.
Desde entonces ha sido una montaña rusa para los transportistas aéreos, con países que levantaron restricciones y establecieron algunos corredores de viaje durante el verano boreal, solo para volver al bloqueo nuevamente, con muy poco aviso a los pasajeros, en los últimos meses de 2020.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional ha estimado que las aerolíneas cerrarán el ejercicio 2020 con pérdidas por US$ 11 mil millones, con una mejora en los números de 2021 gracias a las esperanzas de recuperación de la industria de viajes a lo largo del verano boreal. Esto depende de que los gobiernos levanten las restricciones, atento a la efectividad de las vacunas y las pruebas de laboratorio implementadas y en curso. Sin embargo, las primeras predicciones para obtener resultados económicos similares a los de 2019 son recién para fines de 2023. Y muchos creen que las empresas se están abocando a una era de operaciones más pequeñas y ágiles.
Hoteles: camas vacías.
La cancelación de vuelos y el cierre de fronteras, junto con la interrupción de la mayoría de los viajes de negocios, tuvo un efecto directo e inmediato que se extendió por la industria hotelera mundial, ya que de pronto los huéspedes no podían viajar o no estaban dispuestos a hacerlo. Algunos hoteles cerraron, otros redujeron su planta laboral al mínimo.
Para la mayoría de las empresas hoteleras, el segundo trimestre de 2020 fue letal: Hilton perdió US$ 432 millones en ese período y el Ebitda ajustado (acrónimo inglés por beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) cayó un 92% en comparación con el mismo período en 2019, mientras que los ingresos de Marriott cayeron más del 72%, situándose en torno a US$ 1,4 mil millones.
Los alquileres turísticos a corto plazo también tuvieron problemas al principio, pero parecieron recuperarse más rápido y con más fuerza. Según un informe de STR y AirDNA, las tarifas diarias promedio para alquileres a corto plazo fueron más altas en julio de 2020 que en julio de 2019 en Estados Unidos, España, Italia, Francia y China. Airbnb aprovechó esa ola para lanzar una OPI (Oferta Pública Inicial) a principios de diciembre, abriendo a US$ 146 por acción en su primer día de negociación, más del precio de acción anticipado establecido el día anterior.
Además de lidiar con cancelaciones, reembolsos y estrategias creativas de administración de ingresos, los hoteles y las firmas de alquileres han priorizado soluciones para abordar la higiene y el distanciamiento social en sus propiedades, utilizando tecnologías sin contacto e implementando alianzas con marcas globales especializadas en limpieza.
Sin embargo, se estima que la recuperación total está muy lejos. Por caso, STR informó en octubre que es poco probable que la demanda de habitaciones y la tarifa diaria promedio en Estados Unidos alcancen los niveles de 2019 antes de 2023 y 2025, respectivamente.
Corporativos en casa.
Con vuelos suspendidos desde fines de enero de 2020, muchas grandes corporaciones con presencia en China y empleados que se movilizaban a nivel mundial recibieron una señal de alerta temprana de lo que se avecinaba y redujeron sus viajes, incluso antes de que la Organización Mundial de la Salud declarara una pandemia oficial.
En marzo, una vez que se produjo el brote, las empresas de gestión de viajes (TMCs) se apresuraron a ayudar a repatriar a empleados varados y a encontrar formas de trasladar a trabajadores esenciales en sectores como el petróleo y el gas, así como a los profesionales médicos a donde debían estar.
Luego, cuando se agotaron las nuevas reservas, las TMCs adoptaron medidas de preservación de la liquidez y reducción de costos. En repetidas ocasiones durante el curso del coronavirus, la comunidad de viajes de negocios ha pedido a los gobiernos que introduzcan pruebas masivas en los puntos de salida y llegada para que se puedan abrir nuevamente los viajes.
Sin embargo, muchas de las empresas a las que sirven son más cautelosas, y las grandes corporaciones están aplazando el regreso a las oficinas para finales de este año, como mínimo. Las grandes organizaciones dicen que también brindarán a los empleados mucha más flexibilidad para trabajar desde sus hogares, ya que el Covid-19 los ha obligado a adoptar herramientas eficaces de colaboración en línea.
Lo cierto es que el impacto de la pandemia en los viajes corporativos se sentirá en los próximos años. Incluso, hay quienes predicen que el 50% de los viajes de negocios se perderán para siempre.
La consolidación es inevitable y ya ha comenzado, pero el apetito de inversión para el reinicio de viajes corporativos brinda un rayo de esperanza.
Agencias de turismo en línea.
Las agencias de turismo en línea se han enfrentado a algunos desafíos únicos durante la pandemia debido a su posición intermedia entre proveedores y viajeros.
Al principio de la crisis, algunas se enfrentaron a la indignación desde ambos extremos: los viajeros, que querían reembolsos rápidos y eficientes; y los proveedores, principalmente hoteleros, que obligaron a algunas agencias de turismo en línea que emitieran esos reembolsos sin su contribución, socavando sus esfuerzos para ofrecer créditos.
Algunas agencias de turismo en línea anunciaron esfuerzos para ayudar a sus socios, como el programa de recuperación creado por Expedia Group de US$ 275 millones, con US$ 250 millones en forma de créditos de marketing y una reducción temporal las comisiones de alojamiento.
Pero una pregunta debatida por los expertos es si ahora, con el comercio electrónico en pleno aumento, es momento de que los hoteles reduzcan su dependencia de las agencias de turismo online a favor de la distribución directa en lugar de reforzar esa relación.
Tanto Bookings Holdings como Expedia Group cerraron el tercer trimestre de 2020 con signos de mejora, impulsados principalmente por el impuso de los viajes nacionales y la demanda acumulada.
En ese mismo período, Booking Holdings registró una disminución interanual del 43% en sus reservas hoteleras, que sin embargo representó una mejora notable comparada con la caída del 87% del segundo trimestre. Y Expedia Group alcanzó un flujo de caja neutral en septiembre por primera vez desde febrero, acreditando una estabilización en el mercado y los esfuerzos internos para impulsar la "expansión de los márgenes".
Tours: la reinvención.
Al igual que otros sectores, las excursiones y las actividades de turismo complementarias se han visto muy afectadas por el Covid-19, y dada la naturaleza pequeña e independiente de muchos proveedores de servicios, es posible que algunos no puedan emerger.
Los porcentajes asustan: los volúmenes de reservas de este segmento bajaron un 76% hasta noviembre de 2020 en comparación con el mismo período del año anterior.
A lo largo de la pandemia del Covid-19, las empresas se han lamentado de la poca ayuda que han tenido a su alcance, especialmente de firmas como Google, con las que anteriormente trabajaban y en las que confiaban para sus negocios. Muchos han utilizado este tiempo de pausa para actualizar sitios web y procesos de distribución con la idea de asegurarse más reservas directas en el futuro.
Si el Covid-19 ha hecho algo por el segmento de tours, es que ha acelerado la digitalización, impulsando la demanda de soluciones sin contacto. Se espera que las excursiones, las actividades de turismo y las atracciones se recuperen, ya que los consumidores tienen un gran deseo de disfrutar de los viajes después de haber estado bloqueados durante tanto tiempo.
Aquellas empresas de turismo que encontraron una manera de reinventarse, aprovechando las tecnologías digitales que brindarán de cara a la nueva normalidad podrán recuperarse bien.
Destellos de luz en 2021.
Estos fueron solo algunos de los momentos cruciales del año pasado, cuando la industria del turismo lidiaba con las consecuencias de la pandemia.
Lamentablemente, mientras miles siguen muriendo y la tasa de infección sigue siendo alta, hay pequeños destellos de luz al final del túnel para la industria de viajes.
China es un punto brillante en este panorama sombrío, con los viajes nacionales de regreso en forma fuerte, lo que genera esperanzas de una mayor reactivación del turismo en la región de Asia-Pacífico.
Sin embargo, como se hizo evidente muy rápidamente en la crisis, se están depositando esperanzas en la disponibilidad y aceptación de una vacuna y en la posibilidad de que los viajeros de muchos países puedan volver a hacer turismo nuevamente en algún grado a partir de mediados de 2021.
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