Normalmente, las vacaciones son un periodo de descanso extenso y, por eso, muchas personas deciden visitar lugares a mayor distancia y tomar viajes más largos.
Estos viajes suelen ir acompañados del famoso "jet lag", un trastorno que se produce al atravesar varios husos horarios por el desajuste entre los ritmos circadianos del cuerpo y el horario del lugar de destino.
Por ello la plataforma de reclamaciones aéreas AirHelp a reunido una serie de recomendaciones para prevenir o minimizar los efectos del "jet lag".
Viajes: ¿Cómo combatir el jet lag?
En primer lugar hay que saber que el reloj corporal está directamente relacionado con el sol y que se sincroniza con los periodos de luz y oscuridad del lugar de residencia y los horarios en los que se está habituado a realizar las actividades diarias.
- Así, se consigue estar activo por el día y más relajado para poder dormir por las noches. Para atenuar el cambio, conviene ir volviendo al horario habitual unos días antes de viajar.
- Para viajes hacia el este, es recomendable adelantar poco a poco la hora de dormir durante varias noches. Por el contrario, para vuelos al oeste, es mejor ir atrasándola.
- Además se recomienda "permanecer" figuradamente en el horario del destino. Durante el vuelo y al llegar a destino, es mejor obligar al cuerpo a mantenerse en el horario para cambiar el reloj corporal cuanto antes.
- Si el viajero llega a su ciudad de destino de día lo más recomendable es mantenerse despierto durante el vuelo. Para ello un gran aliado sería la cafeína aunque se aconseja no superar el consumo habitual. Por el contrario, si en destino es de noche, se recomienda dormir durante el vuelo. En este caso, tomar pequeñas dosis de melatonina puede indicar al cerebro que es hora de descansar. Al llegar a casa, si es de día, hay que hacer todo lo posible para no dormir a deshoras. Se puede optar por entretenerte con actividades o darte una ducha fría para así mantener el cerebro activo. En cambio, si la llegada se produce por la noche, es mucho más fácil adaptarse al horario, siempre y cuando no se haya dormido en el avión. Aún así, un baño de agua caliente ayuda a conciliar mejor el sueño.
- Evitar comer durante el vuelo: aunque el hambre apriete los expertos recomiendan evitar ingerir ciertos alimentos durante los vuelos, especialmente aquellos que contienen un alto nivel de carbohidratos rápidos, aceites demasiado procesados o aditivos.
- Lo que sí hay que hacer es mantener una buena hidratación, ya que el ambiente seco y la altitud del avión hacen que el organismo consuma más líquidos. Además, la deshidratación puede empeorar los síntomas del desfase horario. Por ello, es importante beber suficiente agua. Las bebidas alcohólicas no son una buena opción para paliar la sed, ya que puede empeorar la calidad del suelo y aumentar la deshidratación.
- Y como recomendación final los expertos sugieren una adaptación progresiva. En la medida de los posible, al recorrer grandes distancias y cruzar distintos husos horarios, es recomendable tener unos días de adaptación. Por ello, se recomienda dejar unos días libres, para que el cuerpo pueda adaptarse al nuevo horario, antes de volver al puesto de trabajo.
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