A continuación, exploraremos cinco de estos sitios colombianos que han sido reconocidos por la UNESCO, cada uno ofreciendo una perspectiva diferente de la riqueza cultural y natural de Colombia.
1. La Ciudad Amurallada de Cartagena: la joya colonial del Caribe
La Ciudad Amurallada de Cartagena es, sin duda, uno de los destinos más emblemáticos de Colombia.
Fundada en 1533, esta joya colonial ha sido testigo de siglos de historia y ha jugado un papel crucial en la defensa de la costa caribeña de ataques piratas y fuerzas enemigas. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984.
Sus murallas y fortificaciones, construidas para protegerla de invasiones, se conservan en excelente estado y ofrecen vistas espectaculares del mar Caribe.
Visitar Cartagena es como sumergirse en un cuento de historia. Pasear por la Plaza de los Coches o la Plaza Santo Domingo, explorar la Catedral de Santa Catalina de Alejandría o simplemente perderse en el laberinto de callejuelas es una experiencia única.
Además, el Castillo de San Felipe de Barajas, una fortaleza militar que domina la ciudad, es una visita obligada para quienes desean entender la importancia estratégica de Cartagena durante la época colonial.
La entrada a la Ciudad Amurallada es gratuita, pero se recomienda llevar algo de efectivo para comprar recuerdos, disfrutar de la gastronomía local o participar en tours guiados que oscilan entre los 50.000 y 100.000 pesos colombianos.
2. Parque Nacional de los Katíos: un paraíso natural lleno de vida
Ubicado en la región de Antioquia, al noroeste de Colombia, el Parque Nacional de los Katíos es un paraíso de biodiversidad y belleza natural.
Este parque fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994 debido a su rica variedad de flora y fauna, así como por ser un importante refugio para especies en peligro de extinción.
Es hogar de más de 450 especies de aves, 550 tipos de plantas y una gran cantidad de mamíferos, incluyendo el jaguar y el manatí.
Además, su diversidad cultural se refleja en las comunidades indígenas Embera que habitan la zona, manteniendo vivas sus tradiciones y formas de vida.
Las entradas al parque cuestan alrededor de 20.000 pesos colombianos para los visitantes nacionales y 40.000 pesos colombianos para los extranjeros. Sin embargo, actualmente se encuentra cerrado debido a explotación forestal ilegal, la instalación no autorizada de pobladores, la pesca y la caza.
3. Ciudad Perdida: la antigua civilización Tayrona en la Sierra Nevada
Escondida en la exuberante vegetación de la Sierra Nevada de Santa Marta, la Ciudad Perdida es una de las joyas arqueológicas más importantes de Colombia.
Descubierta en 1972, esta ciudad prehispánica también conocida como Teyuna fue construida por la cultura Tayrona alrededor del año 800 d.C., es decir, mucho antes de que fuera erigida Machu Picchu.
Accesible solo a través de una caminata de varios días, la experiencia de llegar a Ciudad Perdida es tanto un reto físico como una travesía espiritual, donde los visitantes pueden apreciar los paisajes montañosos y la riqueza cultural de las comunidades indígenas Kogi, Arhuaco, Wiwa y Kankuamo.
Cuenta con más de 200 terrazas construidas en la ladera de la montaña, interconectadas por una red de caminos empedrados.
Las plataformas circulares, los sistemas de drenaje y las escalinatas son un testimonio de la avanzada ingeniería de los Tayrona.
La caminata a Ciudad Perdida, que suele durar entre cuatro y seis días, es organizada por guías locales, y el costo de la excursión oscila entre 1.200.000 y 1.600.000 pesos colombianos.
4. El centro histórico de Santa Cruz de Mompox a orillas del río Magdalena
A orillas del río Magdalena, en el departamento de Bolívar, se encuentra el centro histórico de Santa Cruz de Mompox, un encantador pueblo que parece haberse detenido en el tiempo.
Fundada en 1540, Mompox fue una importante ciudad comercial durante la época colonial, especialmente en el comercio de oro y otros productos a lo largo del río.
En 1995, su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco gracias a su bien preservada arquitectura colonial, iglesias barrocas y calles empedradas que ofrecen un vistazo al esplendor de su pasado.
Caminar por Mompox es una experiencia serena, lejos del bullicio de las grandes ciudades. Las iglesias de Santa Bárbara y San Francisco, junto con el Cementerio Municipal y el Museo de Arte Religioso, son algunos de los puntos de interés que reflejan la riqueza cultural y la historia de la ciudad.
Además, la tradición de la filigrana de Mompox, una técnica de joyería en oro y plata, es famosa y ha sido transmitida de generación en generación.
5. Parque Arqueológico de San Agustín: misterio y arte precolombino en piedra
El Parque Arqueológico de San Agustín, ubicado en el departamento de Huila, es un destino imperdible para los amantes de la arqueología y la historia precolombina. Reconocido como Patrimonio de la Humanidad en 1995, este parque alberga la mayor colección de estatuas y monumentos megalíticos de América Latina.
Las esculturas, que datan de entre el 100 y el 800 d.C., representan figuras humanas y animales con detalles que reflejan las creencias religiosas y cosmológicas de las antiguas culturas que habitaron la región.
Los visitantes pueden recorrer varios sectores del parque, incluyendo el Alto de los Ídolos, el Alto de las Piedras y la Fuente de Lavapatas, donde se encuentran impresionantes tallados en piedra.
Además, el parque ofrece senderos naturales y vistas panorámicas del paisaje andino, haciendo de la visita una experiencia tanto educativa como visualmente impactante.
La entrada al parque tiene un costo aproximado de 50.000 pesos colombianos para extranjeros y 25.000 pesos colombianos para nacionales, e incluye el acceso a todos los sectores arqueológicos.
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