La geografía de Colombia siempre ha sido un tesoro inexplorado, debido a la violencia que por décadas marcó la historia del país. Sin embargo, en los últimos años, tras la desmovilización de varios grupos armados y el proceso de paz, muchas de estas maravillas han surgido como destinos maravillosos, abriéndose al mundo con una promesa de paz y reconexión.
Maravillas naturales de Colombia que surgieron tras la desmovilización de grupos armados
Descubre seis maravillas naturales de Colombia que, tras años de conflicto, resurgen como destinos de ecoturismo, reflejando la paz y la biodiversidad del país.
Maravillas naturales de Colombia que renacen tras la paz: lugares antes inexplorados ahora florecen como destinos de ecoturismo y conservación ambiental.
Estos paraísos, antes inaccesibles, ahora son sinónimo de esperanza y redención, permitiendo que tanto locales como extranjeros descubran el esplendor de la biodiversidad colombiana. A continuación, te contamos sobre seis de estos destinos que, tras años de conflicto, se han abierto como joyas del turismo natural en Colombia.
1. Caño Cristales: el río de los cinco colores
Caño Cristales, ubicado en el departamento del Meta, es un destino que durante años estuvo fuera del alcance debido a la presencia de grupos armados. Sin embargo, tras la desmovilización, este río ha resurgido como uno de los destinos turísticos más impresionantes del país.
Conocido como el "río de los siete colores", sus aguas cristalinas adquirieron tonalidades que van desde el rojo hasta el verde, gracias a la planta acuática Macarenia clavígera. Visitar Caño Cristales no es solo un deleite para los ojos, sino una oportunidad para recorrer una región llena de biodiversidad, con paisajes de selva, montañas y cascadas que antes eran inaccesibles.
El acceso a Caño Cristales requiere seguir rutas controladas que preservan el ecosistema. A medida que caminas por estos senderos, acompañados por guías locales, se siente la energía de una naturaleza que ha renacido tras años de conflicto. Además, la visita a este lugar es un testimonio del compromiso de las comunidades locales y las autoridades por conservar este tesoro natural.
2. Isla Gorgona: el paraíso oculto del Pacífico
La Isla Gorgona es otro de los lugares que ha vuelto a ser accesible tras la desmovilización. Localizada en el Pacífico colombiano, esta isla fue una prisión hasta 1984 y, debido al conflicto armado en la región, estuvo prácticamente cerrada al turismo por años.
Con su apertura, ha demostrado ser un santuario de biodiversidad, hogar de especies únicas y un sitio privilegiado para el buceo y el ecoturismo. La isla es conocida por sus arrecifes de coral, playas de arena blanca y su espesa selva tropical, que ofrecen refugio a aves, reptiles y mamíferos en peligro de extinción.
Una de las experiencias más impactantes en la Isla Gorgona es la posibilidad de nadar entre tiburones martillo o recorrer senderos que te sumergirán en una jungla intacta por la mano del hombre.
3. Ruta del Muchillá en Guapi: un viaje al corazón de la naturaleza
En el departamento del Cauca, la Ruta del Muchilá ha surgido como un destino de ecoturismo tras años de ser un territorio de conflicto.
La ruta, que parte desde el municipio de Guapi, lleva a los visitantes a través de paisajes vírgenes que incluyen selvas exuberantes, ríos caudalosos y comunidades afrocolombianas que han preservado sus tradiciones ancestrales.
Este destino es ideal para aquellos que buscan una experiencia auténtica y alejada de las rutas turísticas convencionales. Caminar por la selva de Guapi es adentrarse en un mundo donde el tiempo parece haberse detenido y donde cada sonido de la naturaleza resuena con una fuerza especial.
4. Playas de Capurganá en Acandí, Chocó: el edén escondido
Capurganá, en la región del Chocó, es uno de esos destinos que, tras la desmovilización de grupos armados, ha florecido como una alegría del turismo en el Caribe colombiano.
Sus playas de arena blanca, rodeadas por una selva densa y aguas cristalinas, ofrecen un escape perfecto para quienes buscan un contacto directo con la naturaleza. Durante años, estas costas estuvieron lejos del radar turístico debido a la inseguridad, pero hoy son un refugio para el ecoturismo, el buceo y el descanso en la naturaleza.
Este es también un lugar donde se puede apreciar la rica biodiversidad marina, con especies como delfines, tortugas y arrecifes de coral que se pueden explorar en excursiones de buceo o snorkeling.
Además, la región ofrece la oportunidad de convivir con las comunidades afrocolombianas y emberá, quienes han encontrado en el turismo una nueva forma de vida tras años de aislamiento.
5. Avistamiento de ballenas Yubarta en Buenaventura: el espectáculo natural del Pacífico
El avistamiento de ballenas Yubarta es uno de los eventos naturales más impresionantes y mágicos que se pueden vivir en Colombia.
Cada año, entre los meses de julio y noviembre, estos gigantes del océano viajan millas de kilómetros desde las frías aguas de la Antártida hasta las cálidas costas del Pacífico colombiano, específicamente a lugares como Buenaventura, para reproducirse y dar a luz a sus crías.
Este fenómeno natural, que durante años fue inaccesible debido al conflicto armado en la región, hoy es un importante atractivo turístico que ha permitido el desarrollo económico y cultural de las comunidades locales.
Estas ballenas, también conocidas como jorobadas, son famosas por su canto melódico, que puede durar varios minutos y ser escuchadas a largas distancias bajo el agua. Verlas saltar, interactuar entre ellas y, si tienes suerte, observar cómo las crías nadan junto a sus madres, es una experiencia inolvidable.
6. La Cascada del Fin del Mundo en Putumayo: un salto hacia la aventura
En el sur del país, en el departamento de Putumayo, se encuentra la Cascada del Fin del Mundo una de las cascadas más lindas de Colombia. Este espectacular salto de agua, que parece surgir del borde mismo de la selva, ha sido durante años un destino oculto debido a la presencia de grupos armados en la región.
Sin embargo, con el proceso de desmovilización y la apertura de nuevas rutas de acceso, la Cascada del Fin del Mundo ha resurgido como uno de los puntos más atractivos para el ecoturismo y la aventura en el sur de Colombia.
La travesía para llegar a este lugar comienza en Mocoa, la capital del departamento, desde donde se inicia una caminata de aproximadamente tres horas a través de la selva amazónica. El recorrido es una experiencia en sí misma, ya que permite adentrarse en un entorno de exuberante biodiversidad.
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