La Costa Azul, un sueño cumplido
La llegada a Cannes no fue lo que esperaba. Creía que el camino de acceso iba a ser directo, al pie de la carretera proveniente de Lyon, pero para mi sorpresa hay que librar una serie de curvas entrando a la ciudad, lo que hace al trayecto un poco más pintoresco.
Mi primera impresión fue que realmente es una urbe de veraneo y que se trata de una verdadera meca del turismo sofisticado, el “playgroud” de la aristocracia mundial.
Aunado a esto, es un bellísimo centro de vacaciones con sus calles que denotan un gran pasado por su centro histórico (La Bocca), impecable y muy atractivo para ir de compras, y con la posibilidad de encontrar prácticamente todas las marcas de lujo francesas en las rue Hoche y rue D'antibes.
Como es una ciudad realmente pequeña, es muy fácil caminar por todas sus calles, incluyendo el bulevar de La Croisette, famoso por sus playas y el paseo marítimo, donde es un placer deambular observando gente bonita, muchas celebridades y paseantes millonarios. Amén de poder disfrutar de infinidad de bares y restaurantes que los famosos hoteles despliegan para el disfrute de los paseantes, tal como estaban (y aún mejor que) en la época de los 70, cuando Cannes estuvo en boga.
En La Croisette podemos disfrutar de los hoteles icónicos de Cannes, contando obviamente con el Martínez, ahora manejado por la cadena Hyatt; y el Barriere Majestic, el InterContinental Carlton, el Grand Hotel y el JW Marriott, todos rescatados de la época de oro de los 50 y 60 o antes. Y todos de súper lujo.
A los que les gusta la buena vida, la comida rica y los paisajes de ensueño de la campiña francesa, a sólo 17 km. de distancia, en la montaña, sobresale una residencia del siglo XVII, la Bastide Saint-Antoine, propiedad del renombrado chef Jacques Chibois. El restaurante gourmet funciona en una terraza, a la vera de olivos milenarios, con maravillosa comida e igual vista sobre la bahía de Cannes. Chibois, normalmente en la residencia, recibe a todos los huéspedes; vale la pena conocerlo y hospedarse en este hotel boutique miembro de la colección Relais & Châteaux.
PLACERES MEDITERRÁNEOS.
Continuando con el recorrido, alguien me recomendó que visitara Grasse, comunidad medieval localizada en el departamento Alpes Marítimos, a solo 14 km. al noroeste de Cannes y a 30 km. de Niza, y capital del perfume francés tal como lo conocemos ahora. Sus campos de rosas, jazmines y nardos son la materia prima de muchas fragancias clásicas. Vale la pena recorrer este lugar y elaborar su propio perfume, como lo hacen marcas francesas como Fragonard (yo tengo el mío, con mi propia marca y lo uso en ocasiones especiales).
Después de Grasse continué mi recorrido hacia Niza, ciudad clave en la Riviera Francesa que para mí resultó todo un descubrimiento, comenzando por el bellísimo paseo que cruza la ciudad y que ha sido sede de innumerables películas y grandes satisfacciones para quienes lo visitamos, la Promenade des Anglais.
Niza se encuentra en una hermosa bahía, llamada Baie des Anges (Bahía de los Ángeles), y cuenta con maravillosas actividades, vistas y excelentes hoteles de todo precio. Por cierto, recomiendo uno en el que me hospedé, el NH Nice, que además de ser un buen establecimiento a un precio muy razonable, está recién remodelado y tiene grandes anfitriones en la recepción. Aunque no está en la playa, es muy recomendable y la llegada al mar y al resto de la ciudad es accesible por el económico tram.
Para describir adecuadamente a La Côte d'Azur necesitaría páginas y páginas enteras. Este relato solo pretende compartir algunas de mis experiencias en el destino. Quien no lo conoce, debe intentar visitar esta área, preferentemente en verano.
¡Buen viaje!
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