Hay algo profundamente romántico y evocador en recorrer y descubrir rincones fascinantes en Europa por sus ríos. Más allá de los tradicionales viajes por carretera o avión, los cruceros fluviales permiten descubrir el corazón de ciudades históricas desde una perspectiva diferente.
Europa: descubre los mejores destinos para disfrutar de cruceros fluviales
Explorar Europa es posible navegando sus ríos más emblemáticos entre ciudades vibrantes, paisajes de ensueño y experiencias culturales memorables.
Explorar Europa en cruceros fluviales es una forma única de descubrir su historia, paisajes y ciudades más emblemáticas desde el corazón de sus ríos.
El Danubio, el Rin, el Sena y otros grandes cauces europeos han sido, durante siglos, arterias de vida, comercio y cultura. Hoy, son también rutas turísticas que ofrecen una mezcla perfecta entre relajación, historia y belleza escénica.
El reconocido operador a nivel mundial Europamundo ofrece programas ideales para explorar Europa de una manera pausada, cómoda y sofisticada.
La propuesta combina trayectos fluviales con recorridos terrestres en bus, lo que permite visitar más destinos sin perder la magia de la navegación.
El costo de estos programas varía entre USD 2.000 y 4.000, dependiendo de la duración, la temporada y las comodidades incluidas, lo que los convierte en una opción accesible frente a otros productos turísticos europeos de largo alcance.
Aquí te contamos algunos de los destinos que se pueden encontrar en los programas que ofrece este operador turístico.
Madrid: punto de partida con alma española
El itinerario comienza en la encantadora Madrid, capital de España, donde los viajeros tienen la oportunidad de aclimatarse al ritmo europeo con buen vino, arte y tradición. Los primeros días es posible recorrer el Palacio Real, el Museo del Prado y el Parque del Retiro, así como disfrutar de los sabores castizos en mercados como San Miguel.
Madrid es una ciudad que despierta todos los sentidos, y qué mejor forma de iniciar una travesía que sumergiéndose en su energía vibrante.
Los viajeros pasan dos noches en la capital española, con recorridos guiados que incluyen visitas panorámicas a los principales puntos turísticos.
Además, tienen tiempo libre para explorar por cuenta propia o realizar excursiones opcionales, como la visita a la ciudad imperial de Toledo.
Frankfurt: entrada al corazón del Rin
Desde España, el itinerario se traslada a Alemania, y específicamente a Frankfurt, una ciudad moderna y vibrante que combina rascacielos financieros con calles empedradas y casas tradicionales.
Es la puerta de entrada al romántico valle del Rin, uno de los paisajes fluviales más célebres del continente.
Desde aquí parte una de las experiencias más memorables del viaje: el crucero por el río Rin, donde los viajeros navegan entre castillos medievales, viñedos y pueblos encantadores.
Berlín: historia y renacimiento sobre el río Spree
Aunque no es una ciudad típicamente fluvial como otras de este recorrido, Berlín forma parte del plan como un complemento perfecto entre navegación e historia viva.
Ofrece una visita panorámica que recorre los símbolos más importantes de la capital alemana: la Puerta de Brandeburgo, el Reichstag, la Isla de los Museos y el Memorial del Holocausto, entre otros.
Es una oportunidad única para sumergirse en el pasado reciente de Europa y en el poderoso renacimiento cultural de una ciudad que no deja de reinventarse.
Desde aquí, se parte hacia Dresde y luego a Praga, pero la experiencia en Berlín queda marcada por el contraste entre lo monumental y lo moderno, y por la presencia silenciosa del río Spree, que serpentea entre galerías, cafés y antiguos edificios industriales convertidos en centros culturales.
Viena: la reina del Danubio
Viena es, sin duda, uno de los destinos preferidos, ya que permite conocer lo más representativo: el Palacio de Schönbrunn, el Parlamento, la Ópera Estatal y la Catedral de San Esteban.
Pero lo más especial es que aquí los viajeros tienen la oportunidad de embarcarse en un crucero por el río Danubio, navegando uno de los tramos más escénicos y evocadores de toda Europa.
El recorrido fluvial se realiza entre los pueblos de Dürnstein y Melk, en el llamado Valle de Wachau, una región declarada Patrimonio de la Humanidad. Castillos, monasterios barrocos y viñedos conforman un paisaje que parece salido de un cuento.
París: navegar el Sena, vivir la luz
Pocas experiencias son tan cinematográficas como un paseo en barco por el Sena. París no necesita carta de presentación, pero desde el agua, la capital francesa adquiere una magia distinta.
Las luces nocturnas reflejadas en el río, los puentes cargados de historia, la silueta de Notre Dame o la Torre Eiffel iluminada son postales vivas que ningún viajero olvida.
Desde allí se recorre lugares como la Plaza de la Concordia, los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo, la Torre Eiffel y el Barrio Latino. Además, se ofrece una excursión opcional al Palacio de Versalles, una joya del barroco francés que da un vistazo al esplendor de la monarquía gala.
Praga: el encanto bohemio del Moldava
Praga, situada a orillas del río Moldava, es una ciudad que combina historia medieval, arquitectura gótica y arte moderno en una misma experiencia. Se puede recorrer por sus callejones empedrados como desde las embarcaciones que surcan sus aguas tranquilas.
Con la segunda opción se puede explorar lugares como el Castillo de Praga, la Catedral de San Vito, el Puente de Carlos y el histórico barrio de Malá Strana. El itinerario incluye además una caminata guiada por la ciudad para descubrir la Plaza de la Ciudad Vieja, con su famoso reloj astronómico y su ambiente medieval intacto.
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