En 2025, los viajeros colombianos no buscan solo paisajes memorables o experiencias únicas: quieren sabores que los sorprendan, platos que les cuenten historias y destinos que se vivan con el paladar. El turismo gastronómico está en auge, y cada vez más colombianos están empacando maletas para comer por el mundo.
Los destinos gourmet favoritos de los foodies colombianos en 2025
Para los foodies colombianos, 2025 es el año de los viajes con sabor. Estos son los destinos donde la cocina es el gran protagonista.
Cada vez más colombianos viajan motivados por la gastronomía, convirtiendo cada plato en una experiencia inolvidable.
Desde los sabores del Caribe colombiano hasta la sofisticación de la cocina romana, los foodies del país están trazando una nueva forma de viajar. A continuación, te presentamos los destinos que lideran la ruta gourmet por el mundo.
San Andrés: Caribe profundo en cada cucharada
San Andrés es más que mar turquesa y cocos en la playa. Su verdadera riqueza está en las cazuelas, las sopas y los platos humeantes que cuentan siglos de mestizaje cultural. Aquí el sabor es identidad. El rondón, con su caldo de leche de coco, pescado, caracoles, yuca y plátano verde, es una especie de bandera nacional.
En las casas de los raizales, cocinar sigue siendo un ritual comunitario. No es raro que un turista termine invitado a una cena familiar, donde se sirve pescado fresco envuelto en hoja de plátano o una sopa de caracol con arroz con coco.
Santa Marta: una cocina que honra el territorio
Al llegar a Santa Marta, el aire cálido huele a mar y a fritura recién hecha. En esta ciudad costera, la comida no es moda: es patrimonio. Platos como el cayeye que es un plátano verde majado con queso y mantequilla o la arepa de huevo, se preparan igual que hace generaciones, y su sabor ha resistido el paso del tiempo.
Pero la tradición no está sola. Jóvenes cocineros samarios están reinterpretando los ingredientes locales con técnicas modernas. En los mercados, aún se venden los mismos pescados que servían las abuelas, pero ahora también se ofrecen ceviches artesanales y menús con ingredientes del Caribe interior.
Bogotá: capital de sabores del mundo
Bogotá se ha ganado su lugar en el mapa gastronómico de Latinoamérica. Su cocina es tan diversa como sus habitantes: ajiaco en La Candelaria, sushi colombiano en Chapinero, brunch orgánico en Usaquén y cocina de autor en la Zona G. Aquí no hay una sola tendencia, sino una convergencia de todas.
La escena gastronómica bogotana está en constante reinvención. Restaurantes que apuestan por ingredientes ancestrales, mercados donde los chefs eligen personalmente sus productos, y talleres donde se aprende a preparar café especial o pan artesanal.
Cartagena: sazón con historia y mar
En Cartagena, comer también es resistir. La herencia africana, indígena y española se funde en una cocina que sabe a historia. El arroz con coco, los mariscos, las sopas espesas y los fritos cartageneros son una herencia viva. Y lo mejor: se consiguen igual de sabrosos en un puesto callejero que en un restaurante cinco estrellas.
La ciudad ha sabido mantener su autenticidad. Incluso los restaurantes más modernos respetan las raíces. Comer aquí es una experiencia, platos que se cocinan a fuego bajo, historias que se cuentan entre cucharadas, sabores que permanecen horas después del último bocado.
Roma: la capital de la tradición hecha arte
Para muchos foodies, Roma es el destino soñado. No por lujo, sino por su reverencia a lo auténtico. La cocina romana honra lo esencial: la pasta al dente, los ingredientes frescos, los sabores sin disfraz. Un simple plato de cacio e pepe puede emocionar como una ópera.
La propuesta culinaria en Roma comienza en los mercados: Campo de’ Fiori o Trastevere, donde los tomates huelen a sol y el pan tiene corteza crujiente. Luego sigue en trattorias familiares que llevan décadas sirviendo los mismos platos, y en restaurantes contemporáneos que rescatan técnicas del siglo pasado.
Nueva York: el mundo servido en una ciudad
En Nueva York, cada cuadra es un universo gastronómico. Es posible desayunar dim sum en Chinatown, almorzar pasta en Little Italy y cenar bulgogi en Koreatown. La ciudad vibra con la energía de millones de cocinas, culturas e historias.
Los mercados como Smorgasburg en Brooklyn o Chelsea Market brindan opciones callejeras de altísima calidad. Foodies colombianos que llegan aquí no buscan solo hamburguesas gigantes, sino sabores auténticos: ramen artesanal, arepas venezolanas, tacos coreanos o helado tailandés.
Ciudad de México: donde cada esquina es un templo culinario
Ciudad de México es un homenaje al maíz, al chile, al mole, al taco. Y al talento. Con más de 60 restaurantes reconocidos y 16 con estrella Michelin, es uno de los destinos gastronómicos más vibrantes del mundo. Pero lo más impresionante no está solo en la alta cocina: está en la calle.
Un taco al pastor servido en la madrugada, una torta ahogada en un mercado o una sopa azteca en una fonda familiar tienen el poder de cambiarle el viaje a cualquiera. La cocina mexicana es compleja, emocional y absolutamente irresistible.
Miami: diversidad que se sirve en platos coloridos
Miami es un caleidoscopio gastronómico. Cada comunidad inmigrante ha traído sus recetas, sus sazones y sus secretos. Desde ceviches peruanos hasta croquetas cubanas, pasando por sushi nikkei, tacos coreanos y platos haitianos: en Miami, el mundo cabe en una mesa.
La ciudad también es hogar de chefs de talla internacional que han encontrado aquí un terreno fértil para la innovación. Pero la clave está en la mezcla, en cómo los sabores se encuentran sin perder identidad.
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