San Gil es un destino que vibra con energía propia. Ubicado entre montañas, ríos y cañones, este municipio de Santander ha pasado de ser un apacible lugar colonial a convertirse en la capital del turismo de aventura. No importa si eres un experto o si apenas estás empezando, San Gil siempre ofrece algo que pone a prueba las habilidades.
San Gil, en el corazón de Santander, es reconocido como la capital del turismo de aventura en Colombia gracias a su entorno natural privilegiado y múltiples actividades extremas.
A continuación, te compartimos tres experiencias imperdibles que no puedes dejar pasar si quieres sentir en la piel todo lo que este destino tiene para ofrecer.
1. Canyoning en la Quebrada Las Gachas: un atractivo natural que parece de otro planeta
A unos 40 minutos de San Gil, en Guadalupe, se encuentra uno de los secretos mejor guardados de Santander: la quebrada Las Gachas. Este lugar es famoso por su fondo rocoso color rojizo y las decenas de “jacuzzis naturales” que se forman en el cauce del agua.
Pero además de ser un sitio perfecto para fotos de otro mundo, también es un lugar ideal para practicar canyoning, una experiencia que mezcla senderismo, escalada y deslizamientos en toboganes naturales.
La caminata hasta el lugar toma unos 30 minutos desde el centro de Guadalupe, y el esfuerzo vale la pena: deslizarse por estas formaciones rocosas pulidas por el agua, nadar en pozas cristalinas y dejarse llevar por la corriente suave es una experiencia que mezcla emoción y relajación.
Aunque no es un recorrido de alta dificultad, se recomienda ir con guía local y llevar calzado adecuado para superficies resbalosas.
2. Espeleología en la Cueva del Indio: una aventura subterránea con historia
A tan solo 10 minutos de San Gil, en la vía a Páramo, se encuentra la Cueva del Indio, una de las cavernas más famosas de Colombia. Esta actividad es ideal para los amantes del misterio y la adrenalina.
Equipados con casco, linterna y chaleco salvavidas, los visitantes se adentran en un sistema de túneles donde la oscuridad solo es rota por la luz de sus linternas y la emoción se siente en cada paso.
Durante el recorrido, que dura cerca de una hora, se camina por pasadizos estrechos, se cruzan pequeñas lagunas, se observa la formación de estalactitas y estalagmitas, y al final, los más atrevidos pueden lanzarse en un salto de siete metros al interior de una poza subterránea.
3. Bicicleta de montaña entre montañas coloniales: ruta Barichara - Guane
Aunque Barichara merece por sí sola un capítulo aparte, una de las rutas más encantadoras que se pueden hacer desde San Gil es el recorrido en bicicleta de montaña entre Barichara y Guane, siguiendo un antiguo camino empedrado que forma parte del Camino Real.
Es una travesía que combina cultura, paisaje y deporte, ideal para quienes disfrutan de pedalear con buenas vistas.
El trayecto tiene unos 9 km., en su mayoría en descenso suave, y se puede hacer en menos de dos horas. A lo largo del camino, los ciclistas disfrutan de paisajes áridos, miradores naturales y construcciones coloniales.
Guane, al final del recorrido, es un pequeño y tranquilo pueblo donde se puede visitar el Museo Arqueológico y Paleontológico y degustar un helado de hormiga culona, una delicia local que despierta curiosidad en todos los visitantes.
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