San Gil, conocido como la capital turística de Santander, se ha ganado el corazón de los turistas por sus paisajes de vértigo, ríos y deportes extremos. Pero entre la adrenalina y aventura, hay una faceta que muchos apenas descubren, su gastronomía. Este municipio esconde una tradición culinaria potente, diversa y profundamente ligada a su identidad campesina y mestiza.
San Gil: 5 experiencias gastronómicas que sin duda debes probar
Descubre los sabores auténticos que convierten a San Gil en un destino imperdible para los amantes de la buena mesa y la cocina santandereana.
San Gil es mucho más que aventura extrema, también es un destino para saborear la autenticidad de la cocina santandereana.
Aquí te presentamos cinco propuestas gastronómicas imperdibles que sin duda debes probar en tu viaje a este municipio de Santander.
1. Prueba las hormigas culonas: del asombro al deleite
Las “hormigas culonas” son uno de los íconos más representativos de la cocina santandereana y uno de los más exóticos de Colombia. Estas se recolectan durante la temporada de lluvias en abril y mayo, y se tuestan con sal en cazuelas de barro. En San Gil, puedes encontrarlas en tiendas locales, en restaurantes típicos o como souvenir gastronómico en empaques elegantes.
El sabor es intenso, con notas terrosas, a nuez y un toque salado. Aunque para muchos es una experiencia por pura curiosidad, los locales las consumen como snack o incluso como ingrediente en algunos platos gourmet. Más allá del gusto, probarlas es entrar en contacto con una tradición ancestral.
2. Desayuna con arepa de maíz pelao y chorizo
Uno de los mejores sitios para hacerlo en San Gil es el mercado central, donde puestos improvisados ofrecen la clásica arepa de maíz pelao: gruesa, tostada en leña y con un sabor ligeramente ahumado. Se sirve sola o rellena, pero la mejor forma de disfrutarla es con un chorizo y chocolate caliente.
El chorizo santandereano es menos graso que otros del país, tiene un picante sutil y se elabora con especias que le dan un perfil de sabor muy marcado. Muchos viajeros coinciden en que es uno de los mejores del país.
3. Mute santandereano: un clásico de cucharón y sobremesa
Si hay un plato que representa el corazón de Santander es el mute. Este guiso espeso de maíz, carne de res, cerdo, garbanzos, papa, yuca, plátano y condimentos es un verdadero clásico.
En San Gil, este alimento es protagonista los fines de semana, especialmente en restaurantes familiares o en cocinas populares. Se suele servir en platos hondos y con ají al gusto.
4. Guayabas agrías y dulces: la fruta que manda en la región
San Gil y sus alrededores son tierra fértil para frutas tropicales, pero sí hay una que sobresale es la guayaba. Dulce, aromática, de pulpa firme o blanda según la variedad, esta fruta ha dado pie a toda una industria artesanal en la región.
En dulcerías y tiendas, podrás encontrar bocadillos, jaleas y hasta licores hechos a base de esta delicia. Algunos lugares cuentan con degustaciones y talleres. Comer bocadillo con queso campesino fresco es una combinación celestial que no deberías perderte.
5. Café de altura: aroma y tradición en cada taza
Santander ha venido posicionándose como una de las regiones cafeteras más destacadas del país gracias a la calidad de sus cultivos de altura. En las montañas que rodean San Gil, pequeñas fincas cafeteras producen granos de excelente perfil, con notas achocolatadas, florales y acidez balanceada.
Muchas de estas fincas ahora abren sus puertas a los viajeros para que vivan la experiencia completa del café: desde la siembra hasta la taza. Algunas de estas fincas también brindan hospedaje rural, convirtiendo el café en una vivencia sensorial total.
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